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La incontinencia urinaria es un problema de salud que si bien no es exclusivo de las personas mayores, es en este segmento de la población en el que se da con una mayor frecuencia. Según diversos estudios, esta patología afecta en diferentes grados a aproximadamente el 20% de las personas con una edad superior a los 65 años. La proporción de casos es superior entre las mujeres de edad avanzada, sobre un 30%, que entre los hombres, un 15% aproximadamente.
A continuación te mostramos qué es la incontinencia urinaria, sus distintos tipos, los principales factores de riesgo y los diferentes tratamientos que se aplican en la actualidad.
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Por qué se produce la incontinencia urinaria
Antes de explicar cómo se produce la incontinencia urinaria es aconsejable aclarar qué es la continencia urinaria.
La continencia urinaria es una función fisiológica que se desarrolla durante la infancia que nos permite coordinar la vejiga y la uretra, de modo que la micción se produzca de forma voluntaria cuando la uretra nos “avise” de que ya no puede aguantar más la presión de la orina que se encuentra en la vejiga.
La continencia urinaria también depende de otros factores, como el aparato locomotor, el aparato genital o el aparato nervioso.
El hecho de que la incontinencia urinaria afecte más a las personas mayores tiene que ver con los cambios que el envejecimiento provoca en el organismo (deterioro funcional, problemas en el aparato urinario, ingesta elevada de medicamentos...), pero esto no significa que por fuerza una persona mayor vaya a padecerla.
Los mecanismos que pueden provocar la incontinencia urinaria son numerosos. Entre ellos se pueden destacar, la debilidad de los músculos de la pelvis o del esfínter urinario, obstrucción del tracto de salida de la orina desde la vejiga, hiperactividad o hipoactividad de la vejiga, descoordinación del esfínter urinario y de los músculos de la vejiga o el aumento del volumen de la orina por diferentes motivos (diabetes, uso de diuréticos, excesivo consumo de cafeína y/o bebidas alcohólicas...).
Tipos de incontinencia urinaria
Por norma general, se establecen tres tipos de incontinencia urinaria, dependiendo de su severidad, el tiempo de evolución y la situación que la desencadena.
Según la severidad, la incontinencia urinaria puede ser leve, moderada o severa. La graduación se realiza mediante el conocido como Test de Sandvik, en el que profundizaremos en el siguiente punto.
Según el tiempo de evolución, la incontinencia puede ser aguda o transitoria (cuando su duración es inferior a las 4 semanas) o crónica o establecida (cuando la duración es superior a las 4 semanas.
Según la situación que la desencadena, la incontinencia urinaria presenta los siguientes tipos:
- Incontinencia imperiosa o de urgencia: hace referencia a una pérdida incontrolada de orina, en una cantidad entre media y alta, que se produce tras presentarse la necesidad de orinar.
- Incontinencia de esfuerzo: hace referencia a la pérdida incontrolada de orina, en niveles entre bajos y medios, que se produce tras un esfuerzo en el que se vea afectada la zona abdominal: lavantar pesos, flexiones, estornudos...).
- Incontinencia mixta: hace referncia a una combinación de los dos tipos anteriores, la incontinencia imperiosa y de esfuerzo.
- Incontinencia por vaciamiento incompleto o rebosamiento: ocurre como resultado de un exceso de orina en la vejiga que provoca un goteo constante, en ocasiones hasta su total vaciamiento.
- Incontinencia por causas potencialmente reversibles: hacen referencia a dos subtipos de incontinencia urinaria, la primera por causas funcionales (limitación de la movilidad, falta de motivación por depresión, ausencia de ayuda...) y la segunda por causas transitorias (trastornos del sueño, embarazos o partos, operaciones en el aparato urinario...).
Cómo se puede valorar el grado de incontinencia que se padece
Como te hemos indicado en el punto anterior, para valorar el grado de severidad de una incontinencia urinaria se utiliza el conocido como Test de Graduación de Sandvik. Consiste en multiplicar la frecuencia de pérdidas de orina por el volumen de las mismas, cuyo resultado indica si la incontinencia es leve, moderada o grave.
Estos son los valores que debes tener en cuenta:
- Frecuencia de las pérdidas de orina: Nunca (0); Menos de una vez por mes (1); Una o varias veces por mes (2); Una o varias veces por semana (3); A diario (4).
- Volumen de la pérdida de orina cada vez: Unas gotas (1); Una cantidad mayor (2).
- Resultados de la multiplicación de los valores anteriores: Sin pérdidas (0); Leve (entre 1 y 2); Moderada (entre 3 y 4); Severa (entre 6 y 8).
Factores de riesgo para sufrir incontinencia urinaria
Los factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir incontinencia urinaria son numerosos. Algunos ya los hemos indicado con anterioridad, como edad avanzada, sexo femenino, limitación de movimientos o cirugías en el aparato urinario o en los genitales.
Otros factores de riesgo muy habituales son estreñimiento, impactación fecal, deterioro cognitivo, tos crónica, diabetes mellitus, enfermedades cerebrovasculares, exceso de fármacos, infecciones urinarias o barreras ambientales.
Cómo se puede tratar la incontinencia urinaria
Lamentablemente, en algunos casos no existe un tratamiento efectivo para la incontinencia urinaria (personas con daños neurológicos irreversibles, demencia o inmovilidad absoluta), pero en la mayor parte sí es posible llevar a cabo tratamientos para erradicar este problema. Algunos de ellos son: programas de rehabilitación de la musculatura pélvica, fármacos, adecuados accesos al inodoro, uso de prendas de vestir fáciles de quitar, no consumir bebidas con cafeína o alcohol, y no ingerir bebidas de ningún tipo en las 3 horas anteriores a acostarse.
Además de estos tratamientos conductuales, rehabilitadores y farmacológicos, los casos muy graves pueden llegar a requerir cirugía.
En resumen, la incontinencia urinaria es una afección con una especial incidencia entre las personas mayores, especialmente del sexo femenino, que tiene diversas formas de ser tratada con altos porcentajes de éxito.