Tipos de colágeno y sus beneficios

Seguro que has escuchado muchas veces la palabra colágeno. Igual parece un producto para borrar las arrugas que uno para tener unos tendones fuertes.

Lo cierto es que la composición del colágeno varía según su fuente, mientras que los beneficios que caben esperar de los productos con colágeno dependen, entre otras cosas, de la forma de aplicación y de su tipo.

¿Qué es el colágeno y para qué sirve?

El colágeno es una proteína de origen animal con función estructural. De estructura alfa-hélice, las fibras de colágeno aportan un efecto tensor a algunos tejidos como la piel, mientras que, en otras partes del cuerpo, otros tipos de colágeno permiten que los vasos sanguíneos se puedan dilatar y contraer en función de estímulos externos y como respuesta a cambios en la frecuencia cardiaca.

Por tanto, el colágeno es una proteína fibrilar que posee unas propiedades u otras dependiendo de su estructura tridimensional.

En los mamíferos, el colágeno supone en torno al 25 % del total de la masa proteica de un individuo, y se localiza sobre todo en la piel, los tendones, los huesos y las córneas.

Tipos de colágeno

Desde el punto de vista de la fisiología y de la bioquímica, en el ser humano se encuentran 21 tipos de colágeno diferentes. No obstante, la mayoría del colágeno que contenemos es del tipo I (abundante en la dermis, los tendones, la dentina y la córnea) y de tipo II (el más habitual en los cartílagos).

También se puede hablar de colágeno marino para referirse al que se obtiene de las algas en lugar de proceder de fuentes animales; y de colágeno hidrolizado, es decir, fragmentado en moléculas un poco menos grandes (las proteínas son macromoléculas inmensas).

Aplicaciones y beneficios del colágeno

Salvo cuando se sufre de alguna enfermedad rara relacionada con la síntesis del colágeno, no hace falta pensar cuántos tipos de colágeno existen porque en la forma de consumo más utilizada, la vía oral, no importa qué colágeno tomes. Tu organismo trocea la proteína en los aminoácidos que la componen para poder absorberlos en el intestino y después monta nuevas proteínas allí donde hacen falta.

La otra manera habitual de emplear el colágeno es en forma típica, como ingrediente cosmético que aumenta el nivel de humectación de las capas externas de la piel.

Ten presente que tu cuerpo necesita más que proteínas para poder formar su propio colágeno. Por ejemplo, si tu dieta es pobre en vitamina C, es muy posible que tu piel, tendones y otras estructuras se resientan porque esta vitamina es imprescindible para que tu cuerpo pueda aprovechar el colágeno que tomas y formar el suyo propio.

 

Cuando se habla de tipos de colágeno podemos hace referencia a su estructura tridimensional y a su función en el organismo, aunque también podríamos hablar de cuál es la materia prima de la que se ha obtenido o de si lo tomamos puro frente al hidrolizado.

Sea como sea, para formar colágeno tu cuerpo necesita algunos nutrientes más, que a veces van añadidos ya en los suplementos. A nivel cosmético, el colágeno es un buen humectante de las capas externas de la piel, aunque no consigue penetrar hasta rellenar las arrugas, por eso es tan importante asegurar una alimentación sin carencias nutricionales.

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